En este blog queremos centrarnos en todo lo relacionado con el cáncer de cérvix.
martes, 23 de abril de 2013
Tratamiento III
Radioterapia
a) Radioterapia
interna: Es una técnica que
consiste en la colocación de materiales radiactivos próximos a la zona
tumoral. Se colocan en la cavidad uterina y/o en la vagina. Su objetivo es destruir
las células tumorales causando el menor daño posible a los tejidos sanos que
rodean dicho tumor. En este caso este tipo de técnica es recomendable en
mujeres que no puedan someterse a cirugía. La radioterapia interna puede
requerir que el paciente permanezca en el hospital. Casi siempre se
administra en una de las dos formas descritas a continuación:
b)
Radioterapia externa: La
radioterapia (también llamada terapia con rayos X o irradiación) es el uso de un tipo de energía (llamada radiación ionizante) para destruir las células
cancerosas y reducir el tamaño de los tumores.
Alrededor de la mitad de los pacientes con
cáncer reciben algún tipo de radioterapia. Se puede usar la radioterapia sola o
en combinación con otros tratamientos de cáncer, como la quimioterapia o la
cirugía. En algunos casos, es posible que el paciente reciba varios tipos de
radioterapia.
Tratamiento II
Quimioterapia
La
quimioterapia es un tratamiento contra el cáncer cuyo objetivo es destruir las
células que componen el tumor, con el fin de lograr la reducción de la
enfermedad. A los fármacos empleados en este tipo de tratamiento se les
denomina fármacos antineoplásicos o quimioterápicos. Estos fármacos llegan
prácticamente a todos los tejidos del organismo, y ahí es dónde ejercen su
acción, tanto sobre las células malignas como sobre las sanas. Debido a la
acción de los medicamentos sobre estas últimas, pueden aparecer una serie de
síntomas, más o menos intensos y generalmente transitorios, denominados efectos
secundarios.
En
general, la quimioterapia actúa en la fase de división de la célula tumoral
impidiendo su multiplicación, y destruyéndolas.
La
finalidad de la quimioterapia puede variar en función del tipo de tumor, de la
fase en la que se encuentre dicho tumor y el estado general del paciente,
existen dos tipos principalmente:
- Curativa: en este caso, la intención de la quimioterapia es curar la enfermedad, pudiéndose emplear como tratamiento único o asociado a otros. Un paciente se considera curado cuando no existe evidencia de células tumorales durante mucho tiempo.
- Paliativa: con la quimioterapia se pretenden controlar los síntomas producidos por el tumor. Su objetivo primordial es mejorar la calidad de vida del enfermo y, si fuera posible, aumentar también su supervivencia.
El
médico oncólogo, es el que decide qué tipo de fármacos y qué dosis es necesario
administrar en función de una serie de factores como pueden ser: Tu estado
general, enfermedades
previas (cardiopatía, enfermedades vasculares, etc...) ,tipo de tumor, fase de
la enfermedad y localización del tumor.
La
quimioterapia se administra en forma de ciclos, alternando periodos de
tratamiento con periodos de descanso. Un ciclo es, por tanto, el periodo de
administración del tratamiento y el de descanso, hasta la siguiente
administración.
Esta
alternancia de “tratamiento – descanso” es fundamental para proporcionar a las
células sanas del organismo el tiempo necesario para recuperarse del daño
provocado por los medicamentos empleados, de tal forma que sean capaces de
tolerar un nuevo ciclo de tratamiento, con una toxicidad o efectos secundarios
aceptables.
Dependiendo
del tipo de cáncer y de los fármacos que se vayan a emplear, la quimioterapia
puede administrarse por dos vías diferentes: intravenosa u oral.
a)
Vía
intravenosa: Los fármacos se introducen en el organismo a
través de una inyección en la vena, generalmente del brazo (infusión). Es la
vía de administración más frecuentemente empleada. En ocasiones, para evitar
pinchar repetidamente una vena fina se emplea un tubo muy fino, largo y
flexible, llamado catéter que se introduce desde una vena periférica hasta
llegar a alcanzar una vena gruesa. Algunos fármacos
citotóxicos tienen la posibilidad de dañar las venas, causando inflamación
(flebitis); su administración por un catéter disminuye este riesgo. En otras
ocasiones, estos fármacos se deben de administrar de forma continuada a lo
largo de muchas horas, (lo que se denomina infusión continua), por lo que se
hace necesario utilizar este tipo de catéteres.
El catéter permanece, sin ser retirado,
durante todo el tratamiento. Con frecuencia está unido a un reservorio o
port-a-cath (disco redondo de plástico o metal) que se introduce bajo la piel a
nivel de la pared torácica anterior, siendo en este caso por donde se realiza
la infusión de la quimioterapia. A través del port-a-cath es posible extraer
sangre para la realización de análisis.
Para la infusión de los medicamentos se utilizan
unas bombas de infusión que controlan el paso de la quimioterapia al interior
del organismo de forma programada.
b) Vía oral: El paciente toma por boca la
medicación en forma de comprimidos o sobres. Esta vía sólo es posible para los
fármacos que se pueden absorber por el estómago o intestino. Sólo es necesario
el desplazamiento al hospital para el control periódico del tratamiento. Cada
vez se emplea con más frecuencia, existiendo más fármacos citotóxicos capaces
de ser absorbidos por el tubo digestivo.
Tratamiento I
Cirugía
- Procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP): elimina el tejido anormal usando un asa de alambre fino que transmite corriente eléctrica. Se puede hacer cuando se han identificado células anormales mediante una prueba de Papanicolau, una colposcopía o una biopsia. Es eficaz en el 90% de los casos.
- Por cirugía laser: en la que se realizan cortes para extraer una muestra muy superficial de tejido afectado.
- Conización o biopsia de cono: Tratamiento quirúrgico donde se realiza una incisión en forma de cono, utilizando bisturí quirúrgico o radiocirugía para extraer la zona premaligna en su totalidad.
- Criocirugía: Procedimiento durante el cual se congela un tejido para destruir las células anormales. Generalmente, se realiza con un instrumento especial que contiene nitrógeno líquido o dióxido de carbono líquido para congelar el tejido. En la crioterapia se utiliza una temperatura extremadamente baja para destruir el tejido anormal. Estas células anormales muertas luego son eliminadas a través de la vagina, siendo reemplazadas por nuevas células normales en el cérvix. La eliminación de estas células anormales precancerosas evita que continúen mostrando cambios que eventualmente podrían ser la causa de cáncer del cérvix. La crioterapia es un procedimiento sencillo que no requiere cortar los tejidos afectados.
- Histerectomía radical: Es una técnica quirúrgica donde se extirpa el útero, el cuello uterino y parte de la vagina. Se realiza en el caso de mujeres que no deseen tener hijos o debido a su edad no puedan.
- Histerectomía total: cirugía para extirpar el útero y el cuello del útero se puede realizar de manera vaginal o abdominal.
- Salpingooforectomía bilateral: cirugía para extirpar ambos ovarios y ambas trompas de Falopio.
- Exenteración pélvica: cirugía para extirpar la parte inferior del colon, el recto y la vejiga. En las mujeres también se pueden extirpar el cuello uterino, la vagina, los ovarios y los ganglios linfáticos cercanos. Se hacen aberturas artificiales (estomas) para que se pueda expulsar fuera del cuerpo la orina y la materia fecal hacia una bolsa de drenaje. Tal vez se necesite cirugía plástica para hacer una vagina artificial después de esta cirugía.
¿Y qué tratamiento es mejor?
Tratamiento
Una
vez que se ha confirmado el diagnóstico de cáncer de cérvix o cuello de
útero y se han realizado las pruebas necesarias para conocer en qué
fase está la enfermedad, se debe determinar cuál es el tratamiento más
adecuado para curarla. El tratamiento del cáncer de cérvix, como ocurre en la mayoría de los tumores, es un tratamiento multidisciplinar. Distintas especialidades trabajan juntas para combinar terapias y ofrecer a la paciente las mayores posibilidades de curación.
El tratamiento propuesto por el especialista no va a ser el mismo en todas las pacientes!!
Cuando el equipo sanitario te recomiende alguna opción de tratamiento seguramente te explicará con profundidad los detalles del mismo. Este es un buen momento para que preguntes y expreses todas tus dudas. Disponer de la suficiente información evita la aparición de temores infundados.
En los siguientes spots iremos explicando las diferentes opciones de tratamientos empleadas frecuentemente en el cáncer de cérvix que son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.
Cuando el equipo sanitario te recomiende alguna opción de tratamiento seguramente te explicará con profundidad los detalles del mismo. Este es un buen momento para que preguntes y expreses todas tus dudas. Disponer de la suficiente información evita la aparición de temores infundados.
En los siguientes spots iremos explicando las diferentes opciones de tratamientos empleadas frecuentemente en el cáncer de cérvix que son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.
Síntomas
Las lesiones precancerosas del cérvix así como las fases más tempranas del cáncer, generalmente, no causan ningún síntoma.
Sólo
se detectan si la mujer acude regularmente a su ginecólogo y se realizan estudios específicos para detectar dichas lesiones. Cuando el tumor está más avanzado, los síntomas que con mayor frecuencia aparecen son los siguientes:
- Hemorragia vaginal anormal: esta hemorragia aparece entre reglas o tras las relaciones sexuales. En mujeres menopáusicas cualquier sangrado vaginal debe ser consultado con el ginecólogo.
- El dolor o las molestias durante las relaciones sexuales indican la existencia de problemas que deben ser consultados.
Estos síntomas también pueden ser debidos a enfermedades benignas.
Sin embargo si aprecias cualquiera de ellos es importante que acudas al
especialista para el diagnóstico y tratamiento de su causa.
Antes de asumir que tienes una enfermedad grave, espera a conocer el resultado de las pruebas.
¿Qué más pruebas son necesarias?
Una vez que se ha diagnosticado el cáncer de cérvix...
Es preciso
determinar la extensión tanto local como a distancia de la enfermedad,
que facilite al médico la decisión del tratamiento más adecuado para su
caso. Para ello, el ginecólogo determinará qué pruebas son necesarias para completar el estudio:
Radiografía de tórax: permite al médico valorar el estado de los pulmones y descartar o no la existencia de nódulos.
Urografía intravenosa: la urografía intravenosa
permite visualizar los riñones, la vejiga y los uréteres. Consiste en introducir un contraste por vía
intravenosa que llega a la vía urinaria visualizándose en las
radiografías. Como el cérvix está situado detrás de la vejiga, esta
prueba permite valorar la afectación de la misma en los casos en los que
el tumor haya crecido y afectado la vejiga.
Cistoscopia: consiste en la visualización del
interior de la vejiga a través de un tubo muy fino, que posee una luz en
su extremo. Este tubo se introduce en la vejiga a través de la uretra
(conducto que permite el paso de la orina desde la vejiga hasta el
exterior). Para su realización se requiere anestesia general.Con esta prueba se puede determinar la afectación de la vejiga por el tumor del cérvix.
Rectoscopia: consiste en la observación del recto a
través de un endoscopio, que es un tubo largo y flexible, que en su
extremo posee una luz que ilumina el interior del recto. Al endoscopio
se conecta una cámara que permite visualizar en un monitor de
televisión, si el cáncer de cérvix afecta al recto.
Escáner o TC (Tomografía computerizada) : el escáner
es un aparato de rayos X que realiza radiografías del paciente desde
varios ángulos. Estas imágenes son combinadas y procesadas en un
ordenador para dar lugar a radiografías en las que se visualizan de
forma muy precisa todos los órganos. Esta prueba, resulta muy útil para conocer la extensión del tumor a
órganos vecinos y la afectación o no de los ganglios linfáticos. Además,
el escáner permite conocer la extensión a órganos más alejados como
pueden ser el pulmón o el hígado. Esta prueba dura aproximadamente 20- 30 minutos. No te ocasionará
ningún tipo de dolor, aunque para no distorsionar las imágenes, es
necesario que permanezcas inmóvil sobre la camilla del escáner mientras
se realizan las distintas radiografías.
Resonancia magnética nuclear o RMN: es una prueba
muy similar al escáner, pero no se emplean rayos X, sino campos
magnéticos. Es eficaz en el estudio de tumores del cérvix y de lesiones
cerebrales. Durante su realización la paciente permanece tumbada en
la camilla. Ésta se introduce en un tubo largo, que en pacientes más
sensibles pueden producir una sensación de claustrofobia. Es normal que
durante su realización se produzca ruido que puede resultar molesto. Es
importante que la mujer se relaje, ya que aunque pueda ser una prueba
incómoda no es en absoluto dolorosa. Su duración es de aproximadamente
30 minutos.
Exploración bajo anestesia: en algunas ocasiones la
exploración ginecológica puede resultar dolorosa para la paciente, por
lo que es aconsejable realizar ésta bajo anestesia general. Se suele
aprovechar que la paciente está dormida para tomar una biopsia del
útero. Es normal que tras esta exploración la paciente esté ligeramente
molesta y pueda apreciar un sangrado vaginal. Estos síntomas
desaparecerán unos días después de realizar la prueba.
Acude a tu ginecólogo...
Diagnóstico
El diagnóstico de cáncer de
cuello uterino
puede realizarse por los métodos diagnósticos que se exponen a
continuación:
1. Citología cervicovaginal
Es un método de gran valor y
eficacia en el diagnóstico temprano del cáncer cervical y habitualmente con su
práctica se inicia el diagnóstico. El estudio citológico del material exfoliado de las
superficies epiteliales se lleva a cabo mediante:
- Citología de Papanicolau: su realización precisa de un espéculo, espátula de Ayre, cepillo endocervical, portaobjetos y material fijador. Actualmente se realiza una doble toma: primera, con espátula de Ayre en el exocervix, y segunda, con cepillo para endocervix (hasta hace poco, se practicaba una toma más, fondo de saco vaginal). Las muestras se colocan en el portaobjeto, con un orden establecido para facilitar la lectura por el patólogo, y se fijan con material adecuado. El objetivo es el cribado de las lesiones cervicales intraepiteliales; también nos aporta datos sobre el estado hormonal de la paciente, así como posibilita diagnosticar cervicitis y vaginitis.
- Citología en fase líquida: entre las nuevas tecnologías que se están desarrollando se encuentra la denominada monocapa o capa fina. Esta citología ofrece la posibilidad de realizar la detección de VPH y una preparación monocapa de las células, lo cual permite un diagnóstico más preciso. En la actualidad resulta cara y no se justifica la implantación como técnica de screening.
- Citología de Papanicolau: su realización precisa de un espéculo, espátula de Ayre, cepillo endocervical, portaobjetos y material fijador. Actualmente se realiza una doble toma: primera, con espátula de Ayre en el exocervix, y segunda, con cepillo para endocervix (hasta hace poco, se practicaba una toma más, fondo de saco vaginal). Las muestras se colocan en el portaobjeto, con un orden establecido para facilitar la lectura por el patólogo, y se fijan con material adecuado. El objetivo es el cribado de las lesiones cervicales intraepiteliales; también nos aporta datos sobre el estado hormonal de la paciente, así como posibilita diagnosticar cervicitis y vaginitis.
- Citología en fase líquida: entre las nuevas tecnologías que se están desarrollando se encuentra la denominada monocapa o capa fina. Esta citología ofrece la posibilidad de realizar la detección de VPH y una preparación monocapa de las células, lo cual permite un diagnóstico más preciso. En la actualidad resulta cara y no se justifica la implantación como técnica de screening.
2. Colposcopia
La colposcopia es una
técnica que nos permite estudiar el tracto genital inferior orientando la
biopsia, si es preciso, la cual nos permitirá un diagnóstico de seguridad. Está
indicada en: citolgía patológica, aspecto anormal del cérvix o vagina,
coitorragias, y en el seguimiento y control de lesiones precancerosas.
Así, la colposcopia o
exploración visual ampliada del cérvix uterino, vagina y vulva permite evaluar,
tras la aplicación de la solución de ácido acético (5% en la vulva y al 3% en
el cérvix y vagina), las lesiones intraepiteliales halladas en la citología, y
las lesiones compatibles con infecciones por el virus del papiloma humano. La
aplicación de ácido acético permite visualizar la vascularización bajo el
epitelio del cérvix, lo que permite ver las imágenes patológicas (denominadas
mosaicos, zonas blancas, punteados, cambios mayores, cambios menores, etc.); la
tinción con lugol o test de Shiller permite delimitar más claramente las zonas
que deben estudiarse con biopsia ( no se tiñen y quedan “ blancas”). En la
vulva, actualmente se usa el ácido acético al 5% para localizar lesiones
sospechosas bajo control colposcopìco. El test del azul de tolouidina (test de
Collin) tiñe las zonas vulvares candidatas a biopsia; es menos específico y no
se utiliza de modo habitual. Todas estas imágenes deben ser biopsiadas.
3. Biopsia
La biopsia es el método de
mayor exactitud diagnóstica y ha de realizarse ante todo informe citológico y
colposcopico con atipias y ante toda lesión macroscópica sospechosa y sangrante
con independencia del estudio citológico. Esta técnica se realiza con pinzas
especiales para cada caso; la muestra obtenida se sumerge en formol y se envía
al laboratorio de anatomía patológica. Se hace en la consulta; la biopsia de
cérvix no necesita de anestesia. Distinguimos los distintos tipos de biopsia:
- Pequeña biopsia: con sacabocados y dirigida con el colposcopio es la técnica habitualmente utilizada.
- Extirpación de la zona de transformación: puede emplearse como alternativa a la pequeña biopsia dirigida con el colposcopio; sin embargo, su práctica sistemática puede extirpar una cantidad de tejido excesiva e innecesaria que podría conllevar cierta morbilidad.
- Legrado endocervical: es de práctica obligada ante la presencia en el frotis de células endocervicales atípicas o cuando la citología es sospechosa y la colposcopia es normal o insatisfactoria ( no se visualiza o se visualiza solo parcialmente la zona de transformación)
- Conización cervical: es una técnica necesaria para realizar el diagnóstico del cáncer cervical estadio I a (carcinoma invasivo solo identificable microscópicamente).
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